No le digas que lo amas porque se irá,
No seas tan fría porque se va,
No hagas tanto drama porque se aburrirá
Y tarde o temprano también se irá.
Algunos dicen que las mujeres somos como una dulcería
Y que nunca es bueno entregar todo los dulces,
Que si de verdad te quiere, sabrá esperar
Que si le entregaste todo,
Corres el riesgo de no ser tomada en serio.
Todo esto al final, quizá son fórmulas que tratamos de combinar y poner en práctica, para ver cuál de todas funciona y nos hace encontrar a esa pareja que muchas veces llegamos a idealizar.
Pero a veces, cuando creemos encontrar a la correcta, nos llenamos la vida de dramas que solo hacen que nuestros ojos estén llenos de lágrimas, y es ahí donde caemos en un hoyo negro, pues tal vez por evadir la soledad nos conformamos con malas parejas, con las que no contamos, y daría lo mismo si estuviéramos solas o continuáramos con ellas.
Obviamente esto nos hace sentir miserables, y en lugar de sacar lo mejor de nosotros, nos recuerda lo horrible que es vivir con nuestros demonios a flor de piel.
A veces entramos en un estado tan idiota, aunque sabemos que estamos con alguien que no nos corresponde, que sentimos que a pesar de todo ahí debemos quedarnos. Ahí donde a cada rato nos ponen los nervios de punta, que hasta nos hacen creer que somos locas y dramáticas, en el fondo, en nuestro estado natural jamás somos así, pero esa persona pareciera programada para hacernos sentir el peor ser de la tierra, diciendo que estamos llenas de locura.
Pero ¿por qué? Es tan difícil reaccionar y no podemos salir rápido del hoyo, tal parece que nos encanta sufrir. Pero no es así, realmente sabemos que eso que estamos viviendo jamás lo hemos querido. Así de complejas somos, cuando se trata de combinar el corazón y la razón, pues casi nunca podemos encontrar la fórmula exacta, para que estos dos trabajen a partes iguales.
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