domingo, 8 de marzo de 2020

Un día sin mujeres - Eidden Razo

Enojo, frustración, impotencia. Así es como nos sentimos las mujeres tras el anuncio del presidente, el cual le resta sentido a todo lo que representa el movimiento: "los hombres pueden unirse al paro".

Los hombres, precisamente aquellos que denigran la capacidad e inteligencia que tenemos las mujeres. Los que se burlan de las feministas, los mismos que nos maltratan, violan y asesinan. Es cierto que la inseguridad hoy en día ataca a ambos géneros, pero no podemos negar el hecho de que estamos en un país machista, un país en el cual la mujer aún es vista como un objeto y no como un ser humano. Basta con leer los comentarios que hacen en redes sociales, las páginas en las cuales nos ven como ganado; no es una exageración el que estemos hartas.

¿Tienes idea de lo que es ser mujer en México hoy en día? ¿Sabes lo feo que es salir con miedo todos los días de casa sin saber si regresarás? ¿Conoces esa sensación de no saber si tu hija estará bien cuando tan solo va a la esquina?

No, yo sé que no tienes idea porque no sales de tu hogar volteando de un lado para el otro asegurándote de que no haya nadie sospechoso cerca. No tienes idea porque no aferras las llaves dentro de tu pantalón por si tienes que usarla como arma. Se que no tienes idea porque no buscas el lugar perfecto en el autobús, un lugar lejos, seguro pero fácil de salir por si tienes que escapar de algún macho que quiera masturbarse cerca de ti. Son solo unos pocos ejemplos, pero ciertos, una realidad en nuestra vida diaria como mujeres.

¿Acaso es tan difícil de entender el sentido de lo que se está buscando lograr con el movimiento un día sin mujeres ¿qué repercusiones tendrá el que desaparezcamos? Y si es tu mamá, tu hermana, tu hija a quien llegan a asesinar ¿qué harías?

Si desaparezco hoy, no será porque me fui con mis amigos de parranda o con mi novio de puta. Si me violan hoy no será por el tipo de ropa que llevaba o porque me lo merecía. Si hoy me asesinan será simplemente por el hecho de ser mujer en un país en el que jóvenes como yo somos vistas como objeto sexual, un objeto desechable.

Este nueve de marzo somos las voces de las que ya no pueden gritar más, somos las almas de aquellas a las que se las han arrebatado. 

Estamos cansadas, fastidiadas, porque hoy duele ser mujer.

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