domingo, 8 de marzo de 2020

La BB King - Luz Galván

En 1972, el rey más grande de la tierra le pidió a su Dios que le enviara una peña princesa, que fuera perfecta y talentosa, digna heredera de su reino musical.

El Dios no tuvo ningún inconveniente en crear a la peña criatura, una princesa delicada y fina, dotada de todos los talentos, excepto la ejecución de instrumentos, dado que ya su padre había sido bendecido en exceso.

El problema fue que la envió con una cigüeña analfabeta y reprobada en geografía. Sólo tenía como referencia una foto del rey, de BB King.

La estúpida cigüeña voló por toda la tierra buscando la cara del hombre de la fotografía, sin éxito. Finalmente, exhausta y más atontada que de costumbre, encontró un hombre que se parecía al de la foto, en una lejana mina de azufre. Y ahí dejó a la pequeña princesa.

BB King sufrió y lloró esperando eternamente, pero canalizó su dolor en las más bellas ejecuciones, ganándose el respeto y admiración de todos cuantos lo escuchaban, mientras la pequeña sufrió y lloró en aquella tierra inhóspita, que siempre lastimó su delicado cuerpo de princesa y jamás estuvo a la altura de su talento.

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