jueves, 22 de marzo de 2018

Mi atacante - Sagrario Serna Campos

Tomó aire y como tantas otras veces se echó sobre la cama. Alcanzó a gritarle a su esposo, pero este no le respondió. Miraba fijamente cómo su dedo se ponía rojo, la mano se le entumecía, quería saber por qué le había tocado ser víctima de esa enfermedad crónica que la apuñalaba con tanto dolor. Pero ese día la garganta se le cerró y no podía respirar. Eso no le había sucedió nunca antes. Entonces sus ojos vieron que sobre su cama se encontraba su atacante; esta vez no era su propio cuerpo, sino alguien que también era silencio pero muy peligroso: un alacrán.

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